Aprender música es tan antiguo como hacer música en sí, remontándose a los primeros tiempos de la civilización, eso es prehistoria. Desde entonces, las culturas del mundo han desarrollado diferentes sistemas de enseñanza y aprendizaje. Uno puede pensar en maguru panggul, literalmente “enseñando con el mazo” en Bali y Java. Otro ejemplo es el sistema de Xhosa en Ngqoko, Sudáfrica, que se basa en el incentivo de progresión canciones, técnicas y terminología. Los enfoques de maestro - aprendiz han sido comunes en muchas culturas de todo el mundo y a lo largo de la historia desde los trovadores hasta la tradición guru-śiṣya paramparā en India y la familia Bach. Pero como campo de estudio, la educación musical solo se estableció en la modernidad posterior y no fue sino hasta el siglo XX que se movió para convertirse en una disciplina por derecho propio: la pedagogía musical.

En su sentido más amplio, la pedagogía musical se refiere a todos los esfuerzos prácticos, orientados a la aplicación y académicos destinados a la enseñanza y la instrucción. Las tareas de la pedagogía musical se centran en la capacidad, el conocimiento, la experiencia, la comprensión y la interpretación en todas las áreas de la música. Como tal, la pedagogía musical incluye los conceptos relacionados de educación musical, didáctica, enseñanza e instrucción en música, aunque sus distinciones no son claras ni consensuadas.

En su sentido más estricto, la pedagogía musical se ha referido a la reflexión académica y a la formación de teorías en todos sus campos. La pedagogía musical sistemática proporciona así las áreas prácticas y aplicadas con una base teórica para sus acciones y reflexiona sobre cuestiones estéticas, psicológicas y sociológicas sobre el significado y el efecto de la música y sobre la recepción del arte en las más diversas formas de música. Como tal, sirve a la práctica artística, académica y didáctica.

Con la evolución de la pedagogía musical en el siglo XX, muchos enfoques distintivos se desarrollaron o recibieron refinamiento y aparecieron nuevos métodos. Entre ellos, el método Kodály que lleva el nombre del carismático compositor y pedagogo de Hungría, eurhythmics desarrollado por el músico y educador suizo Émile Jaques-Dalcroze, el Schulwerk de Carl Orff en Alemania y el método Suzuki creado por el violinista y pedagogo japonés.

Paralelamente a su establecimiento como una disciplina independiente, también comenzó la institucionalización de la pedagogía musical. Además de su lugar en la academia, la universidad de música, y la escuela, la educación musical también se lleva a cabo en contextos de aprendizaje individualizado y comunitario. Tanto los músicos aficionados como los profesionales suelen tomar clases de música, breves sesiones privadas con un profesor individual. En todos estos esfuerzos y enfoques diversos, todos comparten el objetivo de educar a las personas sobre cómo producir sonido organizado, hacer y transmitir música, y hacerlo bien.

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